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martes, 10 de marzo de 2015

¡DANZAD, DANZAD!

A través de las danzas se expresan emociones, sentimientos o  una historia.
Las historias hawaianas son de tradición oral, lo que garantizaba la transmisión, a través de sus cánticos y sus bailes, de los acontecimientos más relevantes personales, como del pueblo. En las Islas de Hawai se puede diferenciar dos estilos de Hula. El Hula kahiko es un baile más sagrado y de estilo solemne, normalmente se consideraba una actuación religiosa en el cual no cabía error, acompañaban los cánticos (mele) de las historias contadas con un significado profundo para el grupo. Así como los instrumentos utilizados son los tradicionales como, el tambor de calabaza simple o doble (Ipu- Ipu heke) tambor de piel tiburón (Pahu), calabaza sonora con plumas (Ulī´ulī), palillos de bambú (Pū´ili) etc. En el vestir utilizan la falda tradicional (pāū) y collares (lei), brazaletes en manos - pies y coronas, todo hecho de flores y hojas. Este baile evolucionó bajo la influencia de occidente, denominándose Hula´auana, allá por el siglo XIX, donde se mezcla la danza tradicional con instrumentos de origen occidental como el Ukulele, la guitarra o el contrabajo, la vestimenta de las bailarinas es más tapado pero siguen utilizando los adornos del kahiko (collares, brazaletes y coronas hechas a mano de hojas y flores).


El Kumu hula es una persona con amplia formación de los saberes del hula y de su cultura más profunda, que se transmite de una generación a otra, es un experto en la materia, donde se le reconoce a través de una ceremonia (uniki), en el monte sagrado, sus conocimientos, los cuales impartirá en una escuela (halau), y que anualmente compiten en el Festival Merrie Monarch.

En las Islas de Tahití, el Heiva era una ceremonia con bailes y cánticos que se celebraba en los templos (maraes), cuando llegaron los misioneros cristianos fueron abolidas esas costumbres, aunque con la toma del control de Francia se volvió a este tipo de festejos bajo el nombre de Tiurai, cuando las islas proclamaron su autonomía como país de ultramar de territorio francés, este tipo de celebraciones fueron renombradas como Heiva i Tahití en 1845.
Las danzas de las Islas (tamure) tienen diversos estilos, todos ellos con una fuerza visual impresionante tanto en colorido como en fuerza rítmica, destacando de Tahití dos tipos de baile, la Otea que es una danza con ritmos muy rápidos de cadera que acompañan a la música de percusión y la Aparima son bailes más suaves, donde las manos toman relevancia, porque son las que cuentan las historias relacionadas con el pueblo. Hay un dicho en Tahití que dice, cuando el sol se esconde en el Océano y la noche se apodera, surge el baile.





Desde mi punto de vista, tengo en mente tres nombres de bailarinas profesionales de Tahitiano que destaco por su forma de bailar y expresar esta danza, hay muchas que lo hacen genial también, pero personalmente a mí éstas me fascinan, Makau Foster, Moena Maiotui y Tahía Cambet. Con Tahía además tuve el placer de hacer un taller de Aparima en el año 2014, y cabe destacar su sencillez y su forma de transmitir esta danza, fue todo un placer asistir, por lo que este año volveré a repetir, al resto de bailarinas las invito a venir a España para poder aprender de ellas.








Maururu
Mahalo

Aloha by Moana

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